¿Beneficio o perjuicio?
Por la Mtra. Sandra Fernández
*Profesora de la Facultad de Derecho de la UNAM
La reciente reforma referida a la subcontratación laboral, ha sido una de las más aplaudidas por algunos laboralistas, al igual que algunos trabajadores, esto por las implicaciones que se supone conlleva; es conocido por muchos que, diversas empresas solían recibir los servicios laborales de trabajadores contratados mediante un tercero en la modalidad de “outsourcing” y que ello traía como consecuencia una liberación de obligaciones para el patrón en relación con quien le labora, esa es una de las principales razones de la reforma, en la que se plantea que existan mejores condiciones laborales para los trabajadores, así como evitar evasiones en materia tributaria y de seguridad social, con esta reforma, las empresas están obligadas a contratar de forma directa a todos aquellos trabajadores que en realidad ya pertenecían a ella, pero mediante “simulación”, es decir, que eran parte de otra empresa y esto hoy, ha quedado restringido desde el 23 de julio del presente año, momento en el cual, finalizó la prórroga para la sustitución patronal, así mismo el 1 de agosto entró en vigor la nueva ley para efectos fiscales.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, la interrogante a resolver es ¿Realmente esta reforma ha beneficiado a los trabajadores?
Para dar respuesta, es necesario dar un vistazo a la realidad que hoy se nos presenta, no solo desde el punto de vista normativo, ni desde las instituciones, la realidad que hoy se enfrenta, es la de una pandemia que ha dejado miles de muertes, de desempleo, de empresas en quiebra y muchos otros desastres sociales y económicos, no solo en el entorno laboral de nuestro país sino también a nivel global, en tal sentido, es fundamental considerar tanto a los trabajadores, como a las empresas, puesto que, en estos últimos días por si fuera poco, dicha pandemia ha traído como consecuencia un exacerbado número de personas desempleadas y pérdidas económicas significativas para las patronales; es lamentable que esta reforma a pesar de que pareciera un planteamiento muy positivo, los resultados distan mucho de los alcances esperados, ya que ha dejado sin empleo a otros tantos, pues a ciencia cierta y verdad dicha, muchas empresas no asumieron las contrataciones directas a las que hoy están obligadas, consecuentemente, en realidad vemos que el beneficio esperado trae aparejado un efecto inverso en perjuicio de miles de trabajadores, quienes no serán absorbidos por las empresas para las que prestaban sus servicios laborales y que han preferido prescindir de ellos y en el mejor de los casos liquidarlos.
Sandra Fernández R.
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